16 de mayo de 2011

17 HORAS DE ALEGRIAS Y SUFRIMIENTOS (Por Raúl Martín)

El pasado día 7 de mayo, nuestro compañero RAUL MARTIN DOMINGUEZ, se embarcó en la aventura de los 101 KILOMETROS DE RONDA, prueba pedestre, que se disputa en el sur de la península ibérica, teniendo como salida y llega la localidad malacitana de Ronda. Pasadas diecisiete horas y once minutos de que comenzase, Raúl, alcanzó la gloria de cruzar la meta. Aquí os dejamos la crónica de esta hazaña. FELICIDADES RAUL (Nota, lo que está en la imagen, junto con la bandera de Extremadura, es el famoso "ladrillo", medalla que acredita que se ha terminado la prueba, y te conviertes en un cientounero).
En este enlace os damos paso a las fotos que Raúl nos ha enviado de estos días. Y si pincháis aquí, os llevará directamente a la clasificación de la carrera, para que la consultéis.
Aquí os paso a comentar como me fue en la 14 edición de los 101 Km. de Ronda. Llegué a Ronda el viernes por la tarde para la recogida de la bolsa del corredor y, como no, aprovecharme de la cena de la pasta y alguna que otra cervecita. Una vez llego al recinto habilitado para tal evento me doy cuenta de la que hay montada, muchísima gente de un lado a otro tanto andado como en bicicleta de montaña, camiones de mis amigos los legionarios recogiendo las mochilas.
Las llevan a diferentes puntos del camino, para quien quiera dejar cosas se las llevan allí, unas al km 65, mas o menos, y otras, en el 77. Yo dejo en los dos puntos, en la primera metí un cambio de ropa entera, tanto camiseta y mallas como calcetines y zapatillas, así como  un frontal de luz para la noche; y ya, en la segunda, metí ropa de abrigo, porque la noche por esta zona es fresca; así, echo un cortavientos, unos guantes finos y una braga (de cuello, mal pensados jajaajaj).
Después de cenar un buen plato de pasta y una ensaladita campera, me doy un paseíto por el pueblo, que, por cierto es bastante bonito. Si alguno se anima, le hago de guía, jajaja, y a eso de las once de la noche, a la cama.
El sábado, a las siete de la mañana arriba, ya que había que entrar en el campo de fútbol, lugar donde se encontraba la salida, antes de las nueve y media, y claro teníamos que desayunar. Ya en el recinto deportivo, esperando para la salida, comienza a llover y allí estábamos, con mas frío que un tonto; pero bueno, no hay mal que por bien no venga, porque así tuvimos un día buenísimo para correr, sin nada de calor e incluso, en algunas zonas de sombra, hacía frío. A las diez y media dan la salida a las bicicletas de montaña y, posteriormente, a las once, dan la salida a todos aquellos que vamos corriendo o andando, cada uno como pueda.
Salimos del campo de fútbol de la ciudad de Ronda, pasando por las calles principales del pueblo; hay muchísima gente en el pueblo, animándonos; y allí me vienen mis primeros sentimientos y la carne se pone de gallina cuando me gritan desde la calle ¡VAMOS MORALO¡ ¡Joder!, me paro y me giro buscando quien ha sido, cuando me doy cuenta de un señor que estaba animando, y me dice “es que soy de Badajoz y al ver la camiseta pues me ha dado alegría”, y a mi me dio tal subidon que, cuando me quise dar cuenta, ya estaba fuera del pueblo y corriendo por el campo.
La carrera pintaba muy bien, cada 5 kilómetros avituallamiento tanto liquido como sólido, en todos agua y bebida isotónica, así como trocitos de plátano y naranjas de las cuales un servidor no probó en ningún momento, era verlas y pensar !PARA JULI, PARA! Jajajajajajajjaaj, muchos sabréis por que. En un discurrir de cuestas infernales y muchos llanos para correr van pasando los kilómetros sin darnos cuenta. Cuando llegamos al km. 25 la cabeza me juega una mala pasada, aunque luego me lleva a risas con mi compañero de fatigas, y es que sucedió que, en un momento determinado, pasamos por un tramo donde nos cruzamos con el grupo de cabeza, y, sin pensarlo, empiezo a mirar a los primeros de la carrera, pensando voy a ver cómo van mis compis del Navalmaraton, que suelen siempre ir aquí  delante; pero, claro, a los 30 segundos mas o menos me digo “Raúl, que a estas locuras vienes tú solo, que estos pasan” y  me empiezo a reír yo solo, por lo que me mira mi amigo y me dice “joer, tío, si que te sienta mal la carrera, si quieres paramos un rato”, pero cuando le cuento lo qué me pasa, nos partimos de risa los dos. Otro buen empujón que me lleva al km. 30, primer avituallamiento de comida mas copiosa, nos dan medio sándwich de jamón y queso un vasito de Coca Cola y un donut, ese Donet, señores, en la vida me ha sabido mejor, y todavía, aún, hoy lo recuerdo. Seguimos corriendo cuando se puede y cuando no, pues a intentar andar, por que el terreno no era para ir deprisa, muchas cuestas arriba y abajo con el suelo muy peligroso, con posibilidad de caídas, así que hay que ir despacito, porque el objetivo era terminar sin lesionarse. Llegamos al km. 65, donde nos espera el cambio de ropa y otro sándwich y, esta vez, un trocito de chocolate. Entre unas cosas y otras estamos una hora y media aquí parados, tomando fuerzas, que vinieron de maravilla para tirar hasta el 77 donde, ya entrada la noche, llegamos al Cuartel de la Legión, donde nos espera la cena caliente, que consiste en una sopita y una pechuguita de pollo; aquí otra horita, jajaaj, y es que me lo tomé tranquilo, ya que es la primera vez que lo hago. Salgo del cuartel hacia las doce y media de la noche, camino a una ermita que había que subir; al principio tenía muy malas sensaciones, ya que el cuerpo estaba caliente con la cena y en la calle hacia frío, por lo que siento escalofríos y pienso, ¡Uy, chungo!
Así que, con la barriga llega, me digo hay que correr para entrar en calor así que aprovecho una zona de asfalto durante 5 Km. para correr, pero la subida a la ermita es una auténtica pared. Nunca sufrí tanto, ni entrenando cuestas ni las temidas series, casi se avanzaba más hacia atrás que hacia arriba. Una vez alcanzada la cima,  empieza la bajada que también se las traía, jajaj. La una y media de la madrugada, de noche, en el medio de la nada, uno piensa ¿qué hago aquí?, pero, a la vez, piensa que esto es una aventura, así hay que seguir adelante y terminarla, y cuando me quiero dar cuenta ya estoy llegando a Ronda, entre carreritas y muchas caminatas. Ya en las calles del pueblo, a las horas que son, y ves que sigue habiendo gente en la calle, animándote, así que como para no correr. Ya vas pensando en todo lo sufrido y que ha merecido la pena; ahora llega el momento de pensar en toda esa gente que ha estado pendiente de uno durante todo el camino, llamándote por teléfono, mandándote mensajes de apoyo, y casi entra uno con lagrimas en los ojos; a trescientos metros de la meta saco mi bandera de Extremadura para entrar con ella en la mano, pensando en todos los que están aquí y los que ya no están, cruzando la meta tras 17 horas y 11 minutos, en la posición 864º de los más de dos mil llegados a meta, ocupando el puesto 481º de mi categoría.
DESDE AQUÍ, MIL GRACIAS A TODOS LOS ANIMOS RECIBIDOS DESDE ESTE CLUB, Y, EN ESPECIAL, A AQUELLOS QUE ME LLAMARON DURANTE LA PRUEBA PARA INTERESARSE POR MI, Y, COMO NO, A MI MUJER, QUE LA PODIA EL MIEDO ANTE EL RETO, Y QUE YA ESTÁ TRANQUILA, POR LO QUE ESTA CARRERA VA POR TI.
P.D ANIMO AL CLUB A VIVIR LA EXPERIENCIA Y COMPETIR A NIVEL DE EQUIPO, EN ESTE CLUB HAY NIVEL PARA QUEDAR EN EL PODIUM EN LA CATEGORIAS DE EQUIPOS.

1 comentario:

  1. Seme ponen los pelos de punta Raul leyendo tu narracion todo un ejemplo para todos, q con esfuerzo y costancia se cumplen las cosas y esta esperiencia me hace admirarte aun mas como deportista y por supuesto como persona. felicidades campeon

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